Un juguete más


                La historia que a continuación narro, no es más que un simple cuento de ficción y no debe ser tomado de otra manera; aunque sin duda se basa en varias leyendas urbanas sucedidas en el México de los ochenta, y no pretende hacer conciencia a las generaciones actuales sobre el reciente estreno de la película en cuestión.


         Era una niña muy tranquila, le encantaba jugar con muñecas y juegos de té, para después colocarlos en un estante algo grande que estaba enfrente de su cama. Allí se podrían ver desde muñecos de los looney tunes y toy story hasta diversos muñequitos del kínder sorpresa…

         Cierto día, la niña junto con sus padres fueron de compras, pasearon un rato por el parque, fueron al súper por lo víveres de la semana y, antes de ir a casa, fueron a comer a un lugar donde dan comida rápida, los padres comieron, como es de pensarse, comida de adultos, mientras ella como lo esperaba de cada domingo, pidió su cajita feliz. Al abrir su caja ¡oh sorpresa! Encontró al papa pitufo, que por cierto era uno de los más difíciles de encontrar pues se deja ver que es muy diferente a los casi 150 pitufos con ese color azul y gorro blanco que los caracteriza.


      Jugaba como de costumbre con todos sus juguetes, pero ahora había una nueva adquisición en el estante, así pasaron algunos días, pero de pronto algo cambió; la niña algo asustada le dijo a su mamá que le parecía oír voces extrañas en su cuarto, que sentía como si no estuviese sola, la madre toco la frente de la niña y le dijo que se durmiera porque era ya tarde, que solo había sido su imaginación. La niña al verse incomprendida por su madre no tuvo más remedio que dormirse… a la mañana siguiente al despertarse, entre abrió los ojos y notó que el único muñeco que quedaba en el estante, justo en medio, era el de papá pitufo, mientras que los demás yacían en el suelo, con leves marcas de maltrato. La niña corrió  a decirles a sus padres, quienes la regañaron por tratar así a sus juguetes, y la castigaron con no comprarles más juguetes hasta que aprendiera a cuidarlos. Poco a poco la niña comenzó a sentirse mal, a cambiar su estado de ánimo, a comer poco  y a dormir mucho.


         Poco después la niña le dijo a sus padres que justamente papa pitufo le decía cosas malas, y que incluso le había dado una bofetada, pero desde luego, no le creyeron…


         Sonaron vidrios cayendo y gritos dentro del cuarto, al abrir la mamá la puerta, encontró a la niña desangrándose en su cama y entre las sabanas casi sin ser visto, un papa pitufo con una risa burlona en su rostro.


         Hoy en día se sabe de una mujer en prisión, acusada de haber asesinado a su hija, en cuya declaración del expediente se lee: yo no la maté, fue ese muñeco que encontraron en la cama de mi hija, que quizá maldito por extrañas razones, atacó a mi hija al grado de usar un pedazo de vidrio del estante para degollarla; pero desde luego, no le creyeron…

 

by chessitro