SOBRE UNA NOCHE DE VERANO


                Se encontraba allí, meditando…  el ambiente era entristecedor, oscilaba la media noche de un día que había permanecido nublado, ahora llovía… las luces apagadas… oscuridad… profunda y sublime oscuridad… entre ratos, los relámpagos hacían notar las siluetas de las cosas que en la recamara había, aquellas cosas que en otros tiempos llenaban de vivacidad el cuarto, ahora palidecían en no sé qué tono grisáceo y fantasmagórico en cada relámpago. El sonido de la lluvia y del ventilador de techo en un son uniforme y constante daban la sensación de que el tiempo no transcurría, de que todo fuese un ciclo, que las cosas iban y venían en una oscilación sin fin… sin gracia.


        Meditaba pues, sobre su vida, sobre un pasado no muy distinto al de los demás… alegrías, tristezas, dolor, placer… sobre un presente lastimero, cuyo sentimiento provocaban en su cabeza agonía, desesperación… un ir y venir de cosas e ideas que no dejaban descansar al cuerpo… ni al espíritu… todo aquello dejaban entrever un futuro lamentablemente incierto.

¿Son acaso nuestras penas los fantasmas de los errores pasados? ¿Es acaso nuestra existencia una forma de vivir prediseñada por los azares del destino? Pareciera que la felicidad no estuviese hecha para los humanos, pues es esta aun más fugaz que nuestra corta vida…


        Ha dejado de llover… ahora el gotear que pareciera mojar lo más profundo de nuestra alma, lo lleva a pensar sobre cosas más extrañas… si tan solo se pudiese dar marcha atrás, si fuese tan fácil como se dice, el volver a empezar…


        Él está triste, quisiera no estarlo, las lagrimas se niegan a salir, después de todo, en poco ayudarían… son ya la una, el ambiente se torna frio, un frio que hiere un corazón necesitado de la calidez humana, se siente incomprendido, y aun peor, se siente solo… es en estos momentos en que los recuerdos más bonitos de la vida se tornan agujas envenenadas lanzadas por nuestra conciencia sobre un ser que busca ser herido.


        El sueño se ha ido y ha dejado un enorme agujero en su pecho, heridas como esta, nos trastornan, nos cambian… independientemente de ello, son heridas que tardan en irse.


        ¿Controlamos realmente nuestras vidas? De ser así, ¿Por qué somos tan torpes y lastimamos nuestros propios sueños? ¿Por qué nos convertimos en nuestros propios verdugos y adelantamos nuestro juicio? ¿Es cierto que somos los seres más racionales de la Tierra?...


        Pasan las horas y con ellas el ambular de mil memorias que niegan ser olvidadas, que anhelan repetirse, que te recuerdan una y otra vez que solo eres humano.


        Si tan solo su vida fuese un sueño, si tan solo… no es la soledad ni la tristeza lo que lo abruma tanto… es el sentido monótono y cíclico de la vida lo que lo tiene así…


        Con el pasar de los días se ha dado cuenta que ha hecho muchas cosas, que cada vez puede ver las cosas de mejor manera, que día con día es más maduro, que ha conseguido ser mejor… sin embargo, hoy mira entre sus manos… entre su mente… y se da cuenta que… nada tiene.


        A lo lejos… un gallo canta.

 MR. CHESSITRO